Cargar la sangre-Christian, antes de dedicarte al cine, te has desarrollado como artista en el teatro, en distintas facetas (actor, director, dramaturgo) ¿De qué manera crees que te sirvió esa formación teatral en esta primera película? ¿Son medios demasiado diferentes, o encontraste paralelos y conexiones?
Personalmente admiro el trabajo que se puede llegar a realizar con el cuerpo, me genera particular atención la dirección de un cuerpo, veo en este campo un soporte transversal al momento de trabajar en el cine, no solo por el hecho de que sea actor, sino porque creo en el cuerpo como un vehículo de transmisión potente, para mi, es el cuerpo del actor o del cámara es el que determina que una toma o una secuencia se perciba mejor en una película. Esto me permite creer que el teatro y el cine comparten aspectos técnicos y sensibles sustancialmente en común, en la búsqueda por encontrar y combinar métodos de construcción cinematográfica.
-Desarrollar tu película a través de un personaje único era un gran desafío, sobre todo si el espectador ignora prácticamente todo sobre el protagonista... ¿en el resultado final del film, influyó mucho contar con un actor como Cristián Carvajal?¿Ayudó durante el rodaje el hecho de que tú también eres actor, le dio un perfil distinto a la dirección director-actor?
Trabajar con Cristián fue una instancia agradable y enriquecedora para mí como director, el hecho de contar con un gran actor y con mucha experiencia teatral, me permitió trabajar con soltura, tomar riesgos y depositar confianzas en la manera de abordar pequeños gestos o matices que le entregasen a la película una riqueza especial. Si a esto le sumamos el conocimiento de actuación por parte de ambos, llegamos inevitablemente a un plano de sensibilidades y entendimientos que nos entrego un lenguaje en común, en esto incluyo también el trabajo con la cámara de Mauricio, esa base nos permitió a los tres trabajar en equipo de manera exigente y complementaria con la idea de plasmar algo mas allá que lo escrito en el guión.
-Llama mucho la atención en tu película la presencia permanente de la ciudad, porque Santiago no sólo aparece como telón de fondo, sino además como presencia física, como atmósfera... aunque es un trabajo de ficción, también tiene mucho de documental, ¿siempre pensaste así la propuesta visual o eso se fue dando por el camino?
Desde un principio lo ví así, el Santiago de la película es el Santiago que me seduce y atrapa, personalmente me interesa la tensión que se produce entre el espacio, el sujeto y el espectador, me llama mucho la atención la idea de dimensionar a los personajes dentro de los distintos espacios, ver como los recorren y/o habitan. Esto me llevo a buscar y utilizar las distintas posibilidades de interpretación que entregaban las locaciones en términos sonoros y espaciales, es así como aparece la ciudad en la película, en directa relación con un personaje que vuelve a ella, a reencontrarse con lo ya visto, desde la óptica en que todo lo vivido puede parecer nuevo, extraño o ajeno.
